Surcar el velero... a través de ese beso.
Suenan unos versos excesivamente románticos y yo sigo intentando centrarme en mi trabajo y de repente, en el guión que estoy leyendo, proporcionado por el profesor, surgen unas líneas endiabladamente atrevidas:
¡¡¡No hagas esto si no sabes lo que estás haciendo!!!
Y entonces vuelvo a replantearme todo y me paro a pensar en lo que te he dicho, en lo que me has dicho y en lo que quiero y en lo que no... y ¿Dios mío! Si es que no sé lo que quiero... ¿qué quieres que quiera?
Me voy, no puedo saber lo que quiero, simplemente me voy... Y tengo un montón de temas sin cerrar, puertas por abrir... Y no puedo pensar... Me tengo que ir.
No hay comentarios:
Publicar un comentario